sábado, 27 de junio de 2009

Goodbye, Kodachrome.

Es una noticia importante, no menos negativa por ser supuestamente progresista.

Las políticas con que rigen la Kodak son claramente mercantiles. Tal vez se nos ha olvidado cual es la esencia de Kodak, y creimos durante décadas tener en ella un aliado en el desarrollo del arte fotogràfico, o de la fotografìa a secas, si preferimos el discurso de la autonomía del medio.

Se nos olvidó por un momento que Kodak hizo rico a un empresario (el medio no importa ahora, como probablemente no importò entonces) O quizá George Eastman sería fiel a sus convicciones, pero le faltó visión para prever que la película terminaría por ser obsoleta (de la misma forma que el obsoleció la placa seca) para una empresa ganapan que perdió el respeto por los fotógrafos que tuvieron por mas de 70 años un genuino material de grado profesional, material que como los óleos al pintor, como las maderas nobles al laudero brindaron los mejores resultados a través de los millones de disparos que con ella se hicieron. O le faltaron años para preverlo y pedir en su testamento que nunca se dejase de producir la Kodachrome.

No pido que todos usemos Kodachrome, pero la empresa le debe mucho a sus productos y le debe mucho más aún a las cuatro o cinco generaciones que deleitándose registraron cuanto quisieron usando los más increibles colores. Si escuchamos a un photoshopero, nos dirá que él tiene cuanto color desees bajo la yema de su dedo. Que no tiene sentido, porque Él puede hacer de una foto mediocre una World Press Photo, al cabo no por nada tenemos saturacion, tono y contraste.

Si Kodak no puede hoy en dia mantener sus ganancias como sería la única manera de mantener vigente la producción de película es porque hoy el trabajador medio compra su Easyshare tal como lo hicieron sus abuelos, padre y madre con las Brownie, las Retina, las Instamatic, las Ektra 110 y mas recientemente, las Advantix.

Seamos honestos, Si Kodak impulsó el verdadero desarrollo de la fotografía con los mejores materiales y equipos, fué después de la posguerra, y sólo porque el mercado de la instantánea familiar se lo permitió. La democratización de la fotografía sirvió de base social, cultural y económica para que los fotógrafos que hoy veneramos en Aperture, National Geographic y Magnum tuvieran por regalo una Kodak en la infancia, pero que pronto necesitaron verdaderas máquinas y emulsiones que las abastecieran para llenar nuestras mentes con las más fantásticas imégenes que jamás soñamos. Pero eso sólo lo hizo Kodak por una razón y no otra: Era rentable.

Quizá me equivoque y Kodak fué actor genuino de la ilustración en la fotografía, pero su mercadotecnia hoy nos demuestra lo contrario.

Para conocer el motivo de mi entrada, revisen en la pagina de Kodak

http://www.kodak.com/eknec/PageQuerier.jhtml?pq-path=2709&pq-locale=en_US&gpcid=0900688a80b4e692

y entérense cómo quien fuera el primer consumidor de plata en el mundo termina la producción del producto más fino que jamás pudieron tener en sus manos para Fotografía a Color.

Larga vida a Kodachrome, y nadie sabe mejor que ella de larga vida.

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